Oye, Israel: El Señor nuestro Dios, El Señor uno es ~Deut. 6:4

Las Bodas del Cordero

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La importancia de verdadera la Profecía

"El darle curso a las interpretaciones proféticas sin tener revelación divina, y llevados solamente por el espíritu de especulación y de fantasía, ha dado origen siempre, y mayormente en este tiempo que es el último, a doctrinas extravagantes que no engranan con las verdades de Dios" [2]

Sin profecía, lo que hay es fantasía

"Una de estas “fantasías cristianas” es la que enseña que “las bodas del Cordero”[*] es una fiesta en el cielo en la que hay regalos, comida, intercambio de alhajas entre el novio y la novia, y toda clase de agasajos que son comunes en una boda aquí. Los participantes pasan después a pasearse por las calles de oro de “la Jerusalem celestial” donde todo es riquezas, perlas y piedras preciosas. Las mansiones son palacios con jardines con todos los adornos que en este mundo alguien pudiera desear" [3]

Las fábulas cristianas y la prosperidad

"A lo dicho se agregan todas aquellas cosas fantásticas y codiciables que pudieren venir a la imaginación ilusoria que apela a los sentidos naturales aquí, y que pone al creyente a soñar en lo irreal para que ignore lo real. El que aquí tiene oro y riquezas espera tener aún más allá; y el que aquí no ha tenido nada, espera entonces ser poseedor de tesoros fabulosos, de oro y de joyas de valores incalculables. Esta “fábula profética” ha dado, inclusive, auge a la enseñanza popularísima que prevalece hoy en nuestros medios y la cual enseña que el cristiano está llamado para estar rodeado de todos los bienes y bendiciones materiales imaginables" [4]

El Esposo en la Bodas del Cordero

"“la Jerusalem celestial” no es una ciudad de piedras literales. Es el edificio espiritual, edificado con "piedras vivas" como lo es cada uno de los creyentes fieles. El Señor nuestro Dios, quien es "el Esposo", no se va a unir en "las bodas del Cordero"[*] con un Conjunto de piedras muertas, y frías, sino con "la congregación de los primogénitos que están alistados en los cielos" (Hebreos 12:23)" [1]

Nuestro Lugar como hijos de Dios

"Consideremos qué tan importante es el que reconozcamos cuál es nuestro lugar en “la ciudad del Dios vivo”, en “la Jerusalem celestial””. Sabiendo ahora cuál es en verdad nuestra parte en relación con esas piedras vivas[*] de valores espirituales que nuestro Dios espera que seamos nosotros, vamos a preocuparnos por hacer todo lo que estuviere a nuestro alcance para hacer feliz a nuestro Padre Celestial" [5]

Primer acercamiento al significado

"“Las bodas del Cordero” [*] no son entonces el banquete semi-humano que ya he descrito antes, pues tenemos que empezar con fijarnos primero qué es en realidad una boda" [6]

Entendiendo el simbólismo

"La realidad innegable en el caso es, que la boda en sí consiste básicamente en esa unión física de un hombre y de una mujer en la forma que el mismo Señor describe cuando dice: “Así que, no son ya más dos, sino una carne” (Marcos 10:8). Entendiendo entonces esta verdad fundamental pasemos ahora a interpretar correctamente el simbolismo de “las bodas del Cordero”. Reconociendo primero el hecho de que se trata precisamente de un simbolismo[*], pues el esposo en este caso es Dios, es el Señor, y la esposa es el pueblo de Dios en conjunto, o sea la Iglesia integrada en el día de la boda por Israel y los gentiles que fuimos salvos" [7]


~ Pastor Efraim Valverde Sr.

Referencias

[1] Valverde, Efraim. “Doctrinas y Mensajes que predicamos, que difieren del cristianismo común”

[2] Valverde, Efraim. “La Esposa, mujer del Cordero”, U.S.A. Publicaciones "Maranatha" of the Church of Jesus Christ in the Americas. Págs. 6,

[3] Ibid. Págs. 6,7

[4]Ibid. Págs. 7,

[5] Ibid. Págs. 25,

[6] Ibid. Págs. 9,

[7] Ibid. Págs. 10,

[8] Ibid. Págs. ,

[*] Énfasis de nuestroanciano.com

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