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Noticias 2018

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"En medio del ambiente presente de este mundo y de nuestra condición humana problemática, “que nada nos aparte del amor de Cristo” (Rom. 8:35). ¡Adelante fiel soldado de Jesucristo nuestro Dios! Su hermano en Cristo" ~Pastor Efraim Valverde III


El Reloj de Dios Abril 2018

“Y en el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra del Señor por boca de Jeremías, excitó el Señor el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pasar pregón por todo su reino, y también por escrito, diciendo:…” (Esd. 1:1).


El Reloj de Dios Enero 2018

La declaración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el hecho de que Jerusalem es la capital de Israel, fue recibido con mucha emoción en muchas partes del planeta. En Israel, evocó una muy intensa respuesta. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, lo comparó con la declaración de Independencia de Israel, con la declaración de Balfour en 1917 y aun con la proclamación del rey Ciro a los Judíos hace 25 siglos. Pero otras voces menos extáticas y posiblemente más sobrias, pensaron que la declaración no hizo mucha diferencia en la situación de la ciudad. Hubo aquellos que como yo, nacimos en Jerusalem, quienes pensamos que si la declaración, aunque se dio al tiempo y fue muy bien recibida, si se haya dado en forma menos declarativa y más práctica, hubiera sido vista por nosotros de una manera mucho más significativa.

Al escuchar el discurso del presidente Trump, yo inicialmente me inclinaba a compararla con la declaración de reconocimiento de la República popular de China por Richard Nixon en 1972. Las dos anunciaron un cambio mayor en la póliza exterior de Estados Unidos, las dos reconocieron la realidad. Además fue el padre fundador, David Ben-Gurión quien movió el gobierno de Israel de Tel Aviv a Jerusalem en 1949, aun en contra de muchas dificultades y de la oposición total de la comunidad internacional. Jerusalem se convirtió en la capital del Estado Judío, así como ha sido la capital Judía por algunos tres mil años. Cualquiera que sean las razones que movieron a Trump para proclamar que Estados Unidos reconoce a Jerusalem como capital de Israel, hay algunos israelíes que pudieran no estar completamente de acuerdo. A algunos de nosotros nos hubiera hecho más felices si la declaración hubiera estado acompañada con medidas tangibles, por ejemplo, moviendo la embajada Americana de Tel Aviv a Jerusalem ya, o incluso que se instruyera al embajador americano a Israel para que trabajara en Jerusalem un día o dos de cada semana para darle más significado. El momento en que el documento, acompañado con el presidente firmando una vez más que el aplazamiento que permitió que la embajada permanezca en Tel Aviv por los siguientes seis meses, y en cuanto el Secretario de Estado Rex Tillerson estaba diciendo que se tardarían años para mover la embajada a Jerusalem, el significado estaba claro y quizá las celebraciones en Israel fueron un poco prematuras.

También está el punto de la sincronización. El discurso no era parte del más amplio Plan de Paz para resolver el conflicto Israelí y Palestino. El plan se ha estado eclosionando en Washington por algún tiempo ya, y los rumores dicen que será presentado a los partidos en los siguientes meses. Quizá el presidente estaba diciendo a los israelíes que ahora que él había dado reconocimiento a Jerusalem como su capital, ellos tienen que agarrarse para las demandas que ellos encontrarán muy desagradables. El presidente fue claro al decir que él no se refería a una Jerusalem unida bajo Israel, y dijo incluso que las fronteras finales en la ciudad tendrán que ser determinadas por los partidos, aludiendo a que el futuro de Jerusalem no ha sido determinado. El presidente no imposibilitó la posibilidad de que Jerusalem pueda ser divida en dos capitales para dos estados, Israel y “Palestina”, una solución que todavía anticipaba. El reconocimiento por parte de América hacia Jerusalem como capital de Israel, haría casi imposible el que los “palestinos” ya no acepten ningún plan de paz significativo que no contiene muchas concesiones demostrativas para los “palestinos” a expensas de Israel. Ellos expresaron su actitud inmediatamente con disturbios, demostraciones y un rechazo violento del plan, no sólo en la Ribera Occidental (Judea y Samaria) y Gaza sino también en muchas capitales donde hay una grande populación musulmana, como Yakarta y Daca. En este punto, el crédito se le debe al presidente a quien se le advirtió que habría una garantizada reacción a su discurso en el mundo árabe, y aun así no se movió. De esta forma tomó control de la póliza estadunidense del Medio Este que parecía estar debatiéndose, sin saber qué hacer con ello en su primer año de presidencia. El presidente rechazó los puntos de vista tradicionalmente negativos de parte del Departamento de Estado, incluso el de las Agencias de Seguridad y del Pentágono, de que al hacer tal movida enemistaría a los árabes y pondría en peligro los intereses estadounidenses. El presidente demostró que las amenazas y la violencia no lo desviarían de proseguir con la póliza que él pensó ser correcta, realista y justa. Con lo que hizo, semejan el decreto del presidente Harry S. Truman, quien otorgó real reconocimiento a Israel dos horas después de la proclamación de Independencia. Truman también rechazó el consejo de su Secretario de Estado, George Marshall, de no proseguir con tal póliza. La declaración de Trump sobre Jerusalem no puede ser vista como abastecer los deseos de la comunidad Judía de América. La mayoría de los Judíos americanos no votaron por él en ninguna forma y muchos dudan de que haya hecho la decisión correcta. También se argumenta de que estaba abasteciendo su base política, los evangélicos cristianos americanos, todos ellos verdaderos amigos de Israel. No hay nada malo en abastecer las demandas de ellos. Esta es la esencia del sistema político americano. Los líderes son electos por circunscripciones para implementar las pólizas que ellos respaldan.

Los israelíes ahora, esperan que el presidente no sea movido por la violencia y oposición, y que se adhiera a su declaración. Que no sea detenido y asustado por las actitudes negativas de muchas naciones y, ciertamente, que no sea disuadido por la reacción árabe, que se mantenga firme y no renuncie ante tales amenazas. Aunque yo no estoy seguro de que esta declaración vaya a mejorar la paz, de cierto les dirá a los árabes y al resto del mundo que América, por lo menos, se adhiere al reclamo Judío sobre Jerusalem, y que no lo ve como una amenaza para la paz. Quizá algunos árabes ahora, abogarán por imitar a Trump adoptando un acercamiento más realista a Israel. Si fuere así, Trump será recordado como un líder que promovió el largo y moribundo proceso de paz entre Israel y los “palestinos”.

Profesor Miron Medzini. [1]

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Referencias

[1] Revista Internacional Maranatha Pg. 7 Vol.69 No. 18 -Enero 2018

[2] Revista Internacional Maranatha Pg. 7 Vol.70 No. 18 -Abril 2018

[*] Énfasis de nuestroanciano.com